Siendo una milenaria práctica que ha ido evolucionando a lo largo de los tiempos, la meditación Zen continúa siendo una técnica de relajación que no tiene comparación. De hecho, se trata de una de las meditaciones más intensas y profundas de todos los tipos de meditación que se practican, y los efectos que esto tiene sobre el organismo y la mente son considerables.
Partiendo de ello, un grupo de científicos canadienses de la Universidad de Montreal experimentaron con meditadores zen con experiencias superiores a 1000 horas de meditación a quienes les midieron la resistencia al dolor obteniendo interesantes resultados.
Comparando a 13 meditadores zen y a 13 individuos hombres y mujeres que no practicaban meditación los investigadores midieron su resistencia al calor, concluyendo que aquellos que no practicaban meditación tenían menores niveles de resistencia que los demás, y que los meditadores (en estado de meditación o de lucidez) los superaban ampliamente.
En términos numéricos, los meditadores zen tenían un 18% más de resistencia al dolor que los demás individuos, algo que posiciona a esta práctica de meditación como un tratamiento que podría llevarse a cabo para reducir las cantidades de calmantes que deben recibir algunas personas para soportar el dolor de diversas enfermedades.
Otra Medicina Escrito por Carlos Dan
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